Desde cabina
Por: Martín Espinosa
Verdades a medias, caso Monitor
Excélsior, martes 3 de julio
Es quizá José Gutiérrez Vivó uno de los periodistas y empresarios mexicanos que tiene una de las colecciones más exclusivas de automóviles de lujo, clásicos y deportivos, cuyo monto —según los que saben— ascendería a varios millones de dólares y que, a raíz de las crisis económica provocada por el llamado "error de diciembre", en la transición de los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, los sacó de México para llevárselos a una casa que tiene en
Estados Unidos, en San Antonio para ser precisos, donde actualmente permanecen.
Lo conocí en los primeros meses de 1993 porque su entonces jefe de información, Alfonso Gómez, le dio mi nombre como un posible candidato a trabajar como conductor de los afamados noticiarios que él fortaleciera allá por 1976, los programas Monitor, que hasta el pasado viernes 29 de junio se transmitieron por dos frecuencias de amplitud modulada —la 1320 y la 1560—, puesto que en marzo de 2004 Grupo Radio Centro lo sacó de FM debido al litigio que se llevó a cabo en la Corte Internacional de Comercio por adeudos de la empresa de la familia Aguirre a Grupo Infored de Gutiérrez Vivó.
A lo largo de mis 11 fructíferos años en Monitor algo aprendí de Gutiérrez Vivó. Independientemente del esfuerzo desempeñado en esa empresa, lo que en pocos años me llevó a estar de un horario que se me asignó en las madrugadas hasta suplirlo a él en el horario estelar de Monitor de 5:30 a 10 de la mañana, la fama de dichos programas me catapultó como un conductor radiofónico conocido.
Sin embargo, también pude aprender que cuando se toman decisiones equivocadas éstas dirigen siempre a una empresa al despeñadero y a la desviación del camino que lleva al cumplimiento de sus objetivos.
Eso fue lo que le pasó lamentablemente a Monitor. A partir de que Gutiérrez Vivó le compró la productora de noticias Infored, S. A. de C. V. a Clemente Serna Alvear en 1996, una serie de personas ambiciosas y sin ética profesional —una de las cuales es conocida por su afición a la brujería y que hoy labora con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard—, rodearon al periodista-empresario y con base en halagos, falsas lealtades y trabajo "sucio" llevaron a su propietario al borde del despeñadero donde hoy se encuentra.
Es verdad que personajes hoy en el poder y aun los que ya no lo detentan le están cobrando viejas facturas por su honesto trabajo periodístico. Es verdad que Grupo Radio Centro, con Francisco Aguirre al frente, ha cometido verdaderas "chicanadas" para no pagar lo que en apego al derecho y a la verdad adeudan al grupo de Gutiérrez Vivó.
Pero es también una verdad irrefutable que éste no deja de gastar millones de pesos de su fortuna personal en comprar más coches de lujo y objetos de alto valor, situación que ofende hoy a muchos de sus trabajadores que por miedo a represalias temen hablar y prefieren el silencio.
Es también cierto que su falta de sencillez y reconocimiento a su poca capacidad empresarial tienen hoy pasando dificultades económicas a más de 300 familias, cuyo único "pecado" fue haber solicitado que les pagaran lo que por derecho les corresponde: cinco quincenas de su salario. No se vale contar sólo una parte de la historia, No, al menos, cuando se dice estar "comprometido con la verdad".
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