RADIO EN SERIO, POR INTERNET

Radiatica.com es un nuevo proyecto de “radio” por Internet que se suma a las cientos de “estaciones” virtuales que buscan darle difusión a lo que no tiene cabida en los medios tradicionales. Pero a diferencia de muchas de ellas funciona con el esquema y la infraestructura de una radio hertziana. “Casi todas las estaciones por Internet son sólo música, de vez en cuando un promito, y lo que se quiere aquí es cuidar la calidad de la programación y la locución”, dice Ricardo Mejía, uno de los fundadores de esta radio.

Música y promos
Radiática empezó a transmitir el año pasado en fase de prueba y en enero comenzó a operar como una “estación”. Desde hace dos meses hay programas con locución en vivo como el morning show de Polo Yépez o el de música electrónica Mínima, a cargo del colectivo homónimo de DJs. El eje rector de su programación son la música y los promocionales, con un estilo irreverente, sobre temas de ecología, sexualidad y vida cotidiana, entre otros. En lo musical, la “emisora” privilegia lo “alternativo”, lo que no tiene suficiente eco en la radio comercial: las propuestas derivadas del movimiento indie, el rock y sus derivados -desde los clásicos de los ochenta y noventa hasta lo más actual- principalmente en inglés; electrónica, jazz vocal, brit pop y música en español, en menor medida.

Radio multimedia
En el sitio de Radiática se pueden escuchar podcasts, leer noticias de música, y los blogs de los locutores. Actualmente tiene un convenio con Ocesa Jalisco para consentir a sus ciberescuchas con cortesías para los conciertos que organiza esa empresa. Con este proyecto, aún en etapa de experimentación, el equipo de Radiatica, del que también forman parte otros personajes con trayectoria en el medio radiofónico como Sofía Solórzano, busca recuperar los aprendizajes y lo que más les ha gustado de sus experiencias en la radio convencional: conceptos como las extintas Stereo Soul y Factor 91, o el estilo de producción y la irreverencia de Radioactivo. El podcast sobre el objetivo de Radiática, en voz de Mejía, expresa el ideal de muchas emisoras que comparten su vocación: “Esperemos que en un futuro no muy lejano (…) lo que están escuchando en este instante pueda estar en un cuadrante, en una estación digna con radioescuchas dignos”.

Se va...


Esta vez Replicante voló más pronto que de costumbre... los despistados que no alcanzaron a comprarla en los Sanborns (o al menos en los que no la resurten), todavía pueden encontrar ejemplares en las librerías y los puestos de periódicos que se preocupan por tener ejemplares extras de todas las ediciones, como la librería Ítaka o el famoso puesto de Américas y Morelos, en Guadalajara. Para mayores referencias de dónde encontrarla en otros puntos del país, escriban a rpublicas@revistareplicante.com. Esperen el nuevo número de la revista, dedicado al cine, para los primeros días de agosto...

MÁS SOBRE MONITOR...

El fin de Monitor es un presagio
04-Julio-2007

Debate
Por Fernando García Ramírez

Luego de treinta y tres años al aire y más de 41 mil emisiones, Monitor llegó a su fin. La quiebra económica, el motivo. ¿La causa? Una combinación de mala administración económica y de presiones políticas. Fue un fin bastante diferente al planeado por su fundador y director, José Gutiérrez Vivó, quien todavía hace un par de años hablaba orgulloso de la expansión de su empresa radiofónica a la
prensa (Diario Monitor), al Internet y a la televisión. Poco a poco ese sueño se fue desmoronando. El obús principal lo recibió de Grupo Radio Centro, que se negó a pagar adeudos por más de 20 millones de dólares, pese a que un tribunal internacional –árbitro que ambas partes habían aceptado-, lo había así dispuesto. Gutiérrez Vivó, desesperado, acudió entonces a la Suprema Corte de Justicia, que se negó a atender el caso por razones vergonzosas (la ministra Sánchez Cordero, voto decisivo, se excusó aduciendo su amistad de toda la vida
con los dueños de Radio Centro). Cerradas todas las puertas, y sin que Fox diera ninguna señal de querer intervenir (el Presidente no le perdonaba haber sido el medio a través del cual López Obrador hizo el anuncio de su lanzamiento a la presidencia), Gutiérrez Vivó tomó dos decisiones: inclinar decididamente su espacio a uno de los candidatos a la presidencia (AMLO) y no considerar dentro de sus presupuestos y balances la posibilidad de no recuperar el dinero en litigio con Radio Centro. Esas dos decisiones le costaron la vida a Monitor. Su fin, a
no dudarlo, es un signo ominoso de nuestro tiempo.

Imaginemos lo siguiente: En 2006, López Obrador, por apenas 240 mil votos, accede a la presidencia. Ya en el poder, le corta la publicidad, hasta asfixiarlo, a un medio crítico con su desempeño y antiguo aliado de Calderón. En el país y en el extranjero abundarían las marchas y protestas en contra del "dictador". Esas marchas y esas protestas brillan por su ausencia en el caso de Monitor. ¿Por qué? Fue una quiebra económica, dicen. No se trató de una venganza política,
alegan. Que no vea quien no quiera ver. La asfixia operó por dos flancos: el privado y el público. Empresas y poder se aliaron para acallar a un medio crítico. No pueden entender que la crítica fortalece, vivifica; aunque molesta, sin crítica una sociedad se empobrece. El cierre de Monitor afecta a la sociedad plural que
queremos construir.

Sin embargo, no sólo no se han alzado los medios –siquiera por solidaridad gremial- contra el cierre de Monitor, sino que, para mi sorpresa, no han faltado ataques al medio y a su director. Leña del árbol caído. Un periodista serio como Ricardo Alemán –para más señas, en El Universal, diario ahora aliado informativo de Grupo Radio Centro-, ha comentado que la quiebra de la empresa de Gutiérrez Vivó tuvo otras causas: la brujería, la astrología, el estilo dictatorial y
soberbio de su conductor (http://www.eluniversal.com.mx/columnas/65983.html). Pero el asunto es claro: no se le perdona a Gutiérrez Vivó haber encabezado por décadas las preferencias del público en la radio, el medio democrático por
excelencia, y punta de lanza de la apertura general de los medios de comunicación en México.

¿Perdió la soberbia a Gutiérrez Vivo? Aunque hay sitios de Internet que así lo afirman (http://blogradiomonitor.blogspot.com), me parece que el talento del comunicador era –y es- superior a su soberbia. No es ocioso recordar que Gutiérrez Vivó es un comunicador extraordinario, líder de opinión por décadas, tampoco es bueno olvidar que fue el primero en llevar a cabo un debate político en México y que su concepto práctico de servicio social es único en nuestro país.
Quiero asimismo recordar que Monitor y Letras Libres firmaron un acuerdo hace algunos años, mediante el cual Letras Libres proporcionaba "cápsulas culturales" a los noticieros de esa empresa y a cambio recibía espacios publicitarios. Ese acuerdo funcionó un par de años. Durante ese tiempo llevamos a decenas de intelectuales y escritores a los micrófonos de Monitor, para hablar, por ejemplo, del Premio Nobel a Coetzee, del aniversario de la teoría de la relatividad, etcétera. Recuerdo que fue una relación complicada (los espacios que nos cedían eran mínimos, nos parecía entonces). A Gutiérrez Vivó no le interesa la cultura, pensaba yo, que coordinaba ese proyecto. (¿Cómo olvidar la ocasión en que Gutiérrez Vivó, sin consultarlo con nosotros, que lo asesorábamos en asuntos culturales, leyó al aire un espantoso poema como se fuera de García Márquez,
cuando su autor, según se supo más tarde, era una marioneta llamada "El Mofles"?) El acuerdo terminó. Pasados los años me queda claro que si Gutiérrez Vivó miraba con desdén la cultura, para los otros medios y los otros comunicadores ésta ni siquiera existía.

El fin de Monitor es un presagio: el de un poder insensible a
la diferencia y la pluralidad, el de un poder que busca afianzarse a cualquier precio, el de un poder peligroso.

OTRA PERSPECTIVA DEL CASO MONITOR

Desde cabina
Por: Martín Espinosa

Verdades a medias, caso Monitor
Excélsior, martes 3 de julio

Es quizá José Gutiérrez Vivó uno de los periodistas y empresarios mexicanos que tiene una de las colecciones más exclusivas de automóviles de lujo, clásicos y deportivos, cuyo monto —según los que saben— ascendería a varios millones de dólares y que, a raíz de las crisis económica provocada por el llamado "error de diciembre", en la transición de los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, los sacó de México para llevárselos a una casa que tiene en
Estados Unidos, en San Antonio para ser precisos, donde actualmente permanecen.

Lo conocí en los primeros meses de 1993 porque su entonces jefe de información, Alfonso Gómez, le dio mi nombre como un posible candidato a trabajar como conductor de los afamados noticiarios que él fortaleciera allá por 1976, los programas Monitor, que hasta el pasado viernes 29 de junio se transmitieron por dos frecuencias de amplitud modulada —la 1320 y la 1560—, puesto que en marzo de 2004 Grupo Radio Centro lo sacó de FM debido al litigio que se llevó a cabo en la Corte Internacional de Comercio por adeudos de la empresa de la familia Aguirre a Grupo Infored de Gutiérrez Vivó.

A lo largo de mis 11 fructíferos años en Monitor algo aprendí de Gutiérrez Vivó. Independientemente del esfuerzo desempeñado en esa empresa, lo que en pocos años me llevó a estar de un horario que se me asignó en las madrugadas hasta suplirlo a él en el horario estelar de Monitor de 5:30 a 10 de la mañana, la fama de dichos programas me catapultó como un conductor radiofónico conocido.

Sin embargo, también pude aprender que cuando se toman decisiones equivocadas éstas dirigen siempre a una empresa al despeñadero y a la desviación del camino que lleva al cumplimiento de sus objetivos.

Eso fue lo que le pasó lamentablemente a Monitor. A partir de que Gutiérrez Vivó le compró la productora de noticias Infored, S. A. de C. V. a Clemente Serna Alvear en 1996, una serie de personas ambiciosas y sin ética profesional —una de las cuales es conocida por su afición a la brujería y que hoy labora con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard—, rodearon al periodista-empresario y con base en halagos, falsas lealtades y trabajo "sucio" llevaron a su propietario al borde del despeñadero donde hoy se encuentra.

Es verdad que personajes hoy en el poder y aun los que ya no lo detentan le están cobrando viejas facturas por su honesto trabajo periodístico. Es verdad que Grupo Radio Centro, con Francisco Aguirre al frente, ha cometido verdaderas "chicanadas" para no pagar lo que en apego al derecho y a la verdad adeudan al grupo de Gutiérrez Vivó.

Pero es también una verdad irrefutable que éste no deja de gastar millones de pesos de su fortuna personal en comprar más coches de lujo y objetos de alto valor, situación que ofende hoy a muchos de sus trabajadores que por miedo a represalias temen hablar y prefieren el silencio.

Es también cierto que su falta de sencillez y reconocimiento a su poca capacidad empresarial tienen hoy pasando dificultades económicas a más de 300 familias, cuyo único "pecado" fue haber solicitado que les pagaran lo que por derecho les corresponde: cinco quincenas de su salario. No se vale contar sólo una parte de la historia, No, al menos, cuando se dice estar "comprometido con la verdad".

Condolencias...


Esta esquela salió en Público Milenio por iniciativa de una familia que parece que escuchaba asiduamente el noticiario de José Gutiérrez Vivó. ¿Cómo serán ahora las mañanas de las cientos de personas que inciaban el día con Monitor, sin él?, ¿qué informativo sintonizarán en su lugar? Perfectible, como cualquiera, y por supuesto con su correspondiente dosis de ideología e imparcialidad (o su particular punto de vista sobre las cosas, según se quiera ver), como todos, el noticiero era una opción para cientos de personas en todo el país, principalmente en la Ciudad de México que era de la que más se informaba en la emisión. Al señor Gutiérrez Vivó se le puede criticar el tonito regañón y hasta moralizante con el que daba las noticias, o bien la mala administración de sus negocios que probablemente también contribuyó al cierre de Monitor, pero de que ya tiene ganadas varias páginas en la historia de la radio mexicana, ni duda cabe.