IDEAS Y CREATIVIDAD EN LA RADIO





Hace unas semanas – el sábado 5 de abril, concretamente- tuve la oportunidad de asistir a una conferencia-taller que dio Israel Pérez (aka Peez, en la foto) sobre la “creatividad radiofónica”, como parte del Festival de Tendencias en la Comunicación Dsemboca, que se realizó en el ITESO.

Peez se conoce más por estos lares como uno de los conductores de Licuado, uno de los programas más populares de RMX, del Grupo Imagen. Lo que pocos saben es que este ilustre conductor también hace diseño de audio para dicho grupo, además de dar clases en el
TEC, entre otras monerías.

Peez describió el trabajo de diseño sonoro como algo similar a crear un cartel: hay que ponerle color, seleccionar los estilos y tamaños de las tipografías según lo que se quiera comunicar. Igual sucede con el sonido: hay que jugar con la música, las palabras habladas, los efectos y los silencios, que también son expresivos.

Para ilustrar casos de producciones en las que se combinan creativamente esos elementos, Peez se apoyó en la reproducción de diversos prom

ocionales de la extinta Radio Activo y de la propia RMX, como aquel en el que recurrió a sampleos de la fina y memorable plática entre el “Gober precioso” y el llamado Rey de la Mezclilla, fondeados con ritmos electrónicos para promocionar Licuado.

Entre las recomendaciones que dio a quienes se quieren dedicar a este negocio del diseño sonoro, resaltó buscar la simplicidad en las ideas, jugar a sacarlas de su contexto, y experimentar con lo que se tenga a la mano para hacer desde comerciales hasta cápsulas informativas. Cualquier cosa puede inspirar para comunicar una idea: anécdotas familiares, la personalidad de los amigos, de los políticos. La irreverencia y el doble sentido, por supuesto, son dos elementos con los que se puede probar para hacer una producción entretenida, llamativa y diferente.

Algo de lo que más recomendó fue escribir todas las ideas que a uno se le ocurran –por más descabelladas, obvias o absurdas que parezcan- para después “pelotearlas”. Uno nunca sabe si de alguna surja una frase extraordinaria para una campaña, o si puede dar pie a un promocional que se volverá popular.

La charla, que originalmente tendría más formato de taller, fue como una clase introductoria al lenguaje radiofónico.

Un día antes, el viernes 4, asistí -también en el marco de Dsemboca-, a la charla que dieron Gonzalo Oliveros (coordinador general de RMX), Peez y Gabriel Altamirano (otro de los locutores de la emisora en Guadalajara). El auditorio del ITESO en el que se realizó la actividad estaba repleto de estudiantes y radioescuchas, en su gran mayoría, de este concepto: desde una fan de hueso colorado de la estación – que también parecía grupie de los locutores-, quien destacó que la gusta el tipo de música que programan, su estilo de conducción, el trato con la audiencia y el hecho de que los locutores hablen de cultura, política y más… - hasta un joven que dijo que antes escuchaba la Ke Buena, que cuando salió la estación se le hacía rara y ahora la sintoniza habitualmente.

Hubo comentarios interesantes tanto de los conductores como de los asistentes que dejaron ver que esta radio poco a poco ha ido arraigándose en el gusto de los tapatíos. Entre los temas que se tocaron estuvieron cómo surgió la idea de hacer RMX (dice Gonzalo que al principio Imagen no sabía qué hacer con el 100.3 de FM, que empezaron de ceros y sin sueldo, y que cuando se transmitió el primer programa de Licuado, su director comercial de plano no creía que la fueran a hacer ni se imaginó lo populares que se volverían los locutores mañaneros), la payola (aseguran que en RMX no existe esto), la competencia (con alusiones directas e indirectas, a Máxima FM), la música que programa la emisora (me uno a los que piden que las canciones se identifiquen, en lo posible, y si no se puede al aire, pues al menos que pongan el playlist de cada programa, como ya lo hacen varias estaciones, en su página en Internet), entre varios temas más.

Uno de los más polémicos fue la actitud de los conductores cuando alguien del auditorio les expresa –vía MSN, celular… - que no está de acuerdo con algo dicho, o con la música o con algún programa…

Se les cuestionó sobre la soberbia que a veces muestran algunos conductores del staff (hay que decir que no todos) cuando algún radioescucha les expresa no estar de acuerdo en algo de lo que dicen… y reciben respuestas como: “pues si no te gusta, cámbiale… qué haces escuchándonos”, anulando cualquier posibilidad de diálogo, que encuentra justamente en el disenso, la divergencia… puntos interesantes de discusión. Es fácil pasar esa delgada línea entre la franqueza y la soberbia… a veces pienso que algunos ni siquiera se la plantean y, mucho menos, la alcanzan a distinguir.

Ese mismo día Gonzalo transmitió su “Combo” desde las cabinas de la universidad y el programa se convirtió en un taller de conducción en vivo. Hubo varios estudiantes de comunicación provenientes de diferentes universidades, que tomaron por segundos el micrófono y de plano a la mayoría se le notó la escasez de referencias que tenían sobre la música y el exponente que estaban presentando. No tenían mucho que decir. Y es que muchos se deslumbran por esa especie de halo que rodea a quienes tienen el poder y el privilegio de transmitir su voz y sus ideas –si las hay- a miles, pero pocas veces caen en la cuenta de la preparación previa que necesitan –o que idealmente deberían tener- quienes se dedican a este negocio.

A veces tengo la impresión de que esto de la apatía por empaparse más de lo que a uno le gusta o interesa –como tema, hobbie o afición- es una cuestión generacional. Fue un buen ejercicio para hacer más evidente lo que casi siempre obviamos: nos parece muy ordinario escuchar a un conductor, en cualquier estación, presentar música, con dos o tres comentarios entre ligeros e informados, y hasta llegamos a minimizar este tipo de función, como si fuera cosa fácil. Aunque si el modelo a seguir son las voces que existen en lugares que ameritan mayor profesionalidad y no dan el ancho, no es extraño que ni se piense en la preparación previa a transmitir por radio.Como dicen por ahí, si las cosas fueran fáciles, cualquiera las haría… y no parece que haya talento de sobra como para esperar una nueva camada de locutores inteligentes para hacer radios inteligentes también. A lo mejor soy muy pesimista, o a lo mejor exagero y pido demasiado. Más tarde pondré algunas imágenes de los aludidos.

1 comments:

Anonymous said...

Lástima que me perdí este taller, pero bueno la neta la radio me roba definitivamente mis instintos, y bueno me he percatado, aparte de la programación musical, del concepto de RMX y claro que es diferente e inteligente, Gonzalo Oliveros es un ser extraordinariamente sagaz y preparado para estar al frente del micro y de todo lo que sale al aire. Enfrentar a la ideosincracia del radioescucha flojo, más no al propio escucha, directo y sin cortapisas, es loable y hasta valiente, pero bueno es su perspectiva que quizá algunos estemos de acuerdo. De hecho hace poco promovió que los escuchas tuviéramos 30 segundos al aire, y mira que no me salió mal, perdón por la jactancia pero que padre fue recordar el estar al aire (elegí una rola de R.E.M. -"Man of The Moon"-), y la mayoría no lo hizo mal, pero comprobó Gonz que los que lo critican son menos que cobardes, pero bueno bien por RMX.